jueves, 30 de julio de 2009

Una Experiencia de Actualización en Líne@

Revista Educare, Número 4, Noviembre del 2008


POR: PROFR. JESÚS ADOLFO TRUJILLO HOLGUÍN

Las circunstancias económicas, sociales y culturales en que se desarrolla la labor docente en el siglo XXI son muy diferentes a las de hace pocas décadas. Actualmente se ha venido dando empuje a los procesos de actualización, capacitación y superación profesional a través de cursos, programas y estudios de postgrado en línea.

Anteriormente quienes pensaban en una oferta educativa estaban condicionados a factores familiares y económicos que de alguna manera representaban un freno para acceder a programas educativos posteriores a la formación básica como docentes. Se requería, en la mayoría de los casos, de una buena organización para dejar a los hijos en un lugar seguro mientras los padres estudiaban, para trasladarse a los lugares donde estaba la oferta o simplemente para invertir una cantidad de tiempo que antes no estaba destinada para esas actividades.

Hoy en día las circunstancias han cambiado y, gracias a las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), se ha abierto un abanico de posibilidades para realizar estudios a distancia en instituciones públicas y privadas de todo tipo.

El propio Sistema Nacional de Formación Continua y Superación Profesional de Maestros en Servicio (SFCSP) ofrece, a través de la página electrónica del PRONAP, una serie de cursos y talleres en línea que se desarrollan en la comodidad del hogar. El participante únicamente tiene que sentarse frente a una computadora con acceso a Internet e ingresar a una plataforma electrónica en la que recibe la información paso a paso del proceso a seguir. Envía y recibe correos electrónicos con la información necesaria para cursar y acreditar dichos programas, teniendo la oportunidad de interactuar con el asesor en un ambiente de cordialidad y confianza que suele dar el contacto directo; idea muy contraria a la que muchos tenemos al pensar que estando frente a una computadora se deterioran las relaciones humanas.

Los participantes de un programa en línea tienen la oportunidad de ingresar a foros de discusión en los que participan docentes de distintos rincones del país con experiencias y formas de entender la educación muy variadas, que al final redundan en un enriquecimiento mutuo.
Cada día aumenta el número de maestros que se animan a romper sus paradigmas y se deciden a incorporarse al mundo de la tecnología. Nada menos dentro de las competencias docentes del siglo XXI se incluye como parte del perfil docente que tenga un manejo adecuado de las tecnologías básicas de la información y la comunicación, su uso en los proceso educativos y de gestión institucional.

En lo personal la incorporación al mundo digital ha sido una oportunidad única de superación. Durante el ciclo escolar pasado tuve la inquietud de participar en el programa “Formando Formadores” que promociona el Centro de Maestros y que consiste en una serie de diplomados y cursos en línea que ofrecen conjuntamente Gobierno del Estado de Chihuahua y el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey. Esta modalidad de estudio a distancia resultó algo nuevo para mi y accedí a participar gracias a la invitación de un compañero maestro, quien me explicó que una de las ventajas de este curso era que ofrecían un beca para realizar un curso de verano en España.

Decidí participar, pero para mí la idea de que un maestro de grupo “común y corriente” fuera a estudiar a Europa era algo remoto. Imaginaba que esas oportunidades eran para investigadores y eruditos de los que planean y llevan a la práctica programas educativos a nivel nacional; sin embargo estuve realizando todas las actividades del diplomado con el mayor esmero y procurando siempre concluir el curso de la mejor manera para que pudiera aportarme elementos significativos que me ayudaran a realizar mejor el trabajo cotidiano en el grupo. Plasmé algunas de mis experiencias durante el trabajo con el Proyecto Escolar que desarrollamos en al Escuela Primaria Federal “Dr. Pablo Gómez Ramírez” y otras actividades desarrolladas a título personal.
Para mi sorpresa, llegó el mes de junio y recibí una llamada de Monterrey, NL, en la que me pedían revisar mi dirección de correo electrónico porque había sido seleccionado para ir a España al mes siguiente. Al principio tomé el aviso con ciertas reservas y realicé todos los pasos que me indicaban (Solo porque en ninguno me pedían números de tarjeta de crédito o de fichas de celular), pero una vez que estaba arriba de un avión con destino al aeropuerto de Barajas, en Madrid, creí todo lo que estaba viviendo.

La experiencia de entrar en contacto con un país tan parecido y tal distinto al nuestro fue muy enriquecedora en el ámbito personal y profesional. Hubo la oportunidad de hacer muchas comparaciones (por odiosas que parezcan) para reconocernos en un plano global y establecer las aspiraciones que pretendemos alcanzar.

Uno de los retos que tenemos los docentes es aprender a valorar lo nuestro, sacarle provecho a las cosas que ya existen y no estar esperanzados a las grandes reformas o a los “falsos profetas” que vendrán a resolvernos todo como por arte de magia. Creo que si asumimos los retos de manera comprometida en el ámbito que nos corresponde podemos aspirar a un mejor mañana que nos lleve a vivir en el país que todos queremos tener.

lunes, 4 de agosto de 2008

¿What Profe?


POR: Profr. Jesús Adolfo Trujillo Holguín
El Heraldo de Chihuahua

Recientemente llegaron a las escuelas primarias los libros de texto para el alumno de la asignatura de inglés para quinto y sexto grado, con la intención de que se imparta como una materia más del Plan de Estudios, lo cual significa un paso importantísimo en la mejora por la calidad educativa.

Lo que todos imaginábamos es que llegaría como un programa en el que se asignaría un maestros especializado en lengua inglesa, quien impartiría una o dos horas de clase a la semana sin que los padres de familia le pagaran el sueldo con las aportaciones anuales que realizan; tal y como sucede en las escuelas que aplican este programa desde hace algunos años donde pagan una cuota adicional para este fin que va desde los 350 pesos en adelante al año.

La sorpresa es que sucedió todo lo contrario. Lanzaron el programa, llegaron los libros y los maestros de grupo ni siquiera sabían que ellos son quienes lo van a impartir. Para variar, la Secretaría de Educación Pública sacó el eslogan “El maestro aprende junto con el alumno” lo cual indica que no se hará responsable de la capacitación que por ley está obligada a dar. Los alumnos estarán por ello en una clase donde no habrá posibilidades de una retroalimentación.

A quienes trabajamos en educación no nos resulta extraño que todas las responsabilidades y culpas caigan sobre el maestro. Se nos asignan cientos de funciones porque somos los peones de la educación y hacerlo de otra manera significaría gastos.

Año con año los maestros tienen que llenar cientos de formatos administrativos, conmemorar fechas cívicas, realizar colectas para la cruz roja o para damnificados, hacer reuniones de consejo técnico en forma periódica, participar en la semana nacional de evaluación, realizar el proyecto escolar, organizar kermés para obtener fondos, desarrollar campañas de salud, hacer rifitas para comprar el gas, asistir a las olimpiadas del conocimiento y concursos académicos, entre otras muchas actividades que nos obligan a restar tiempo en el trabajo efectivo con los niños.

Después la misma SEP viene a desacreditar el trabajo de los maestros informándole a la sociedad de los bajos resultados que los niños obtienen en las pruebas estandarizadas como ENLACE diciendo que toda la culpa es de los malos maestros; pero sin ver que las mismas autoridades educativas son quienes no nos dejan hacer nuestra función en forma adecuada por meternos en campos que no nos corresponden.

Un programa tan ambicioso requiere de una planeación y una sistematización que lo lleve a tener éxito, pues no es un secreto que el inglés en todos los niveles educativos (desde secundaria hasta la educación media superior) es un fracaso. Quienes hemos pasado por estos niveles educativos únicamente aprendemos vocabulario en un sistema que pretende enseñar a escribir y después a hablar, contrario a la propia manera natural en que aprendemos la lengua materna.
Ojala y el programa de ingles no sea uno más de los programas sexenales que fracasan y ojala y no se venga luego a responsabilizar a los docentes de ello.

Si queremos augurar un buen futuro para el Programa de Inglés se deberán contratar maestros especializados en la materia o mínimamente ofrecer becas a los docentes interesados en enseñarlo mediante convenios con instituciones dedicadas a la enseñanza de dicha lengua como es la Facultad de Filosofía y Letras de la UACh y no con los cursos Express que se acostumbran.

domingo, 12 de agosto de 2007

La Vida y Obra de Don Cosme Rico Ruiz

Don Cosme Rico Ruiz

POR: Profr. Jesús Adolfo Trujillo Holguín
El Heraldo de Chihuahua

El estado de Chihuahua históricamente ha sido una tierra de avanzada en lo que corresponde a educación. Ha visto nacer y crecer a grandes hombres y mujeres cuyas aportaciones han venido a revolucionar la instrucción pública, no solo a nivel local, sino que algunas de esas trasformaciones han permeado en el ambiente educativo nacional.

Maestros y maestras chihuahuenses han sido auténticos sembradores de ideas que, décadas atrás, les tocó desempeñar su trabajo en condiciones adversas y bajo circunstancias económicas y sociales que distan mucho de lo que vivimos actualmente en la docencia. Gracias a ello abrieron el camino sobre el cual andamos las generaciones jóvenes de maestros.

La desaparición física de estos maestros representa una pérdida irreparable, pero su permanencia trasciende el tiempo y el espacio gracias a la semilla que sembraron en las decenas de generaciones que les tocó formar.

En esta ocasión tocó la partida del profesor Cosme Rico Ruiz, quien falleció el pasado 6 de agosto a la edad de 89 años, dejando atrás una larga trayectoria como docente y funcionario público.

El maestro Rico Ruiz, se desempeñó como catedrático y director de algunas instituciones como la Escuela Normal del Estado y la Escuela Normal de Salaices en las que aportó sus conocimientos para la formación de varias generaciones de maestros.

Combinó sus actividades educativas con puestos administrativos y gubernamentales. Desempeñó el puesto de Inspector Escolar y Secretario de Educación durante la administración del Dr. Jesús Lozoya Solís en 1955, cargo que repite de 1968 a 1974 en el periodo del Lic. Oscar Flores Sánchez.

Ocupó la dirección de la Escuela Normal del Estado de 1959 a 1961 en uno de los periodos de mayor florecimiento de la institución ya que trabajó al lado de grandes maestros que ahora se consideran iconos de la educación estatal: Luis Urías Belderráin, Salvador Martínez Prieto, José de Jesús Barrón, Leopoldo Sáenz Casavantes, Victor Piñón Ponce, Alberto Ramírez, Carlos Flores, Antonio Quevedo Caro, Carlos Urquidi, entre otros.

Originario de Aldama, Chihuahua, el profesor Cosme Rico vio por primera vez la luz un 20 de octubre de 1918, en el seno de una familia integrada por seis hermanos y sus padres Jesús Rico Grijalva y Placida Ruiz Beltrán. Su infancia estuvo marcada por la pérdida de su madre cuando él tenía apenas nueve años. A partir de entonces la familia queda a cargo de la señorita Petra Beltrán, quien se encarga de proporcionarles un hogar cálido y amoroso que mantuviera la armonía de la familia.

Los primeros cinco años de educación primaria los vivió en la Escuela “Juan Gutiérrez de la Cueva” de la entonces Villa Aldama, Chihuahua. Al cumplir los 12 años el muchacho sufrió un cambio importante en su vida ya que debe trasladarse a la ciudad de Chihuahua a concluir el sexto grado en la Primaria Oficial Número 142 “Miguel Hidalgo”.

Combinando sus estudios con el trabajo de ayudante en la tienda de su padrino Cosme Orozco, de quien adopta el nombre. El muchacho logra ingresar al ciclo secundario en el Instituto Científico y Literario en 1932 y posteriormente cursa la carrera de maestro en la Escuela Normal del Estado de 1935 a 1939, cuyas instalaciones se ubicaban en donde actualmente se encuentra el Paraninfo Universitario. Ya con su titulo en mano, el profesor recibe una plaza como maestro de quinto y sexto grado en una escuela semiurbana. Al cabo de tres años de trabajo es ascendido a director. De allí pasa al poblado de Flores Magón en 1942, en donde conoce a dos maestros que después se convertirían en grandes amigos: Jesús J. Barrón y Manuel López Dávila.

En 1944 recibe su cambio a la Escuela Normal de Salaices, Chihuahua, en la cual trabaja durante seis años continuos como maestro y dos años más como director. Tres años más tarde contrae matrimonio con Elvira Martínez Hermosillo con quien forma una familia y procrea cuatro hijos.

Entre los principales logros del maestro se encuentra el haber desempeñado el puesto de Inspector Escolar y catedrático de la Escuela Normal del Estado. En esta última actividad tuvo experiencias importantes como los viajes a la Sierra Tarahumara, que se organizaron de 1963 a 1969, con el propósito de conocer las costumbres y forma de vida de las etnias del estado.

Apasionado por la lectura y preocupado por la instrucción personal, era considerado por sus compañeros y conocidos como un intelectual, que al lado del desempeño con alto sentido de profesionalismo, lo llevaron a ser considerado el candidato idóneo para que en su natal ciudad Aldama una escuela llevara su nombre, cosa que no consideró propia ni correcta para alguien que estaba con vida. Descanse en paz.

martes, 30 de mayo de 2006

Una maestra ilustre de la 42

Maestra Sonia Madrid Bojorquez

POR: Profr. Jesús Adolfo Trujillo Holguín

El Heraldo de Chihuahua

El pasado 15 de mayo la Rotonda de los Maestros Ilustres del Parque El Palomar lució una nueva placa, en esta ocasión de una maestra distinguida de la sección 42 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, Profra. Sonia Madrid Bojórquez, quien muró de una manera cobarde e impune tratando de luchar por la transparencia y rendición de cuentas tan necesaria y aclamada en el interior del sindicato magisterial.

Por todos es conocido que la Rotonda de la Plaza Cívica del Maestro está destinada a reconocer la trayectoria de los educadores y educadoras chihuahuenses que dejaron aportaciones sobresalientes y únicas a la vida educativa de la entidad, como es el caso de Luis Urías Belderráin, Salvador Martínez Prieto, Mario Alberto Macías Saldaña, Rubén Beltrán Acosta, María Brisia Rodríguez de Ayala, entre otros.

Cierto es que la maestra Madrid Bojorquez tuvo una trayectoria importante dentro de la sección 42, como la de muchas maestras y maestros que día con día realizan su trabajo apegados a principios y valores dignos de exaltación pública, pero a ella le tocó la desgracia de encontrar algo que a otros no le interesaba que se conociera y el hecho le costó la vida.

Ante estos acontecimientos es digno de protesta, no el hecho de si debiera estar o no la maestra en la Rotonda, sino lo ofensivo que resulta para todos los maestros el que se pretendan callar las voces que exigen justicia, otorgándoles el consuelo de que su memoria no será borrada con el paso del tiempo. Pretenden ofrecer una pizca de resignación a su familia elevándola al grado de ilustre. Si semejante preceder se realizara con cada maestro cuya muerte ha quedado en la impunidad sería necesario contar con una Rotonda en donde las placas pudieran enfilarse por cientos.

Las manos que callaron la voz de la maestra Sonia cegaron una vida y abrieron miles de conciencias que no serán apagadas con reconocimientos basados en el oportunismo político-sindical y no en el reconocimiento puro. Pretenden ganar simpatías enarbolando falsas banderas y ofreciendo regalos costosos a sus subalternos en ocasiones especiales para que no violenten la frágil estabilidad, pero la verdad tarde o temprano saldrá a la luz y los culpables serán colocados en el banquillo de los acusados para que respondan por sus actos. Lo mejor que pudieran hacer autoridades y sindicatos sensatos para honrar su memoria es esclarecer la verdad de los hechos y castigar a los culpables.