domingo, 12 de agosto de 2007
La Vida y Obra de Don Cosme Rico Ruiz
POR: Profr. Jesús Adolfo Trujillo Holguín
El Heraldo de Chihuahua
El estado de Chihuahua históricamente ha sido una tierra de avanzada en lo que corresponde a educación. Ha visto nacer y crecer a grandes hombres y mujeres cuyas aportaciones han venido a revolucionar la instrucción pública, no solo a nivel local, sino que algunas de esas trasformaciones han permeado en el ambiente educativo nacional.
Maestros y maestras chihuahuenses han sido auténticos sembradores de ideas que, décadas atrás, les tocó desempeñar su trabajo en condiciones adversas y bajo circunstancias económicas y sociales que distan mucho de lo que vivimos actualmente en la docencia. Gracias a ello abrieron el camino sobre el cual andamos las generaciones jóvenes de maestros.
La desaparición física de estos maestros representa una pérdida irreparable, pero su permanencia trasciende el tiempo y el espacio gracias a la semilla que sembraron en las decenas de generaciones que les tocó formar.
En esta ocasión tocó la partida del profesor Cosme Rico Ruiz, quien falleció el pasado 6 de agosto a la edad de 89 años, dejando atrás una larga trayectoria como docente y funcionario público.
El maestro Rico Ruiz, se desempeñó como catedrático y director de algunas instituciones como la Escuela Normal del Estado y la Escuela Normal de Salaices en las que aportó sus conocimientos para la formación de varias generaciones de maestros.
Combinó sus actividades educativas con puestos administrativos y gubernamentales. Desempeñó el puesto de Inspector Escolar y Secretario de Educación durante la administración del Dr. Jesús Lozoya Solís en 1955, cargo que repite de 1968 a 1974 en el periodo del Lic. Oscar Flores Sánchez.
Ocupó la dirección de la Escuela Normal del Estado de 1959 a 1961 en uno de los periodos de mayor florecimiento de la institución ya que trabajó al lado de grandes maestros que ahora se consideran iconos de la educación estatal: Luis Urías Belderráin, Salvador Martínez Prieto, José de Jesús Barrón, Leopoldo Sáenz Casavantes, Victor Piñón Ponce, Alberto Ramírez, Carlos Flores, Antonio Quevedo Caro, Carlos Urquidi, entre otros.
Originario de Aldama, Chihuahua, el profesor Cosme Rico vio por primera vez la luz un 20 de octubre de 1918, en el seno de una familia integrada por seis hermanos y sus padres Jesús Rico Grijalva y Placida Ruiz Beltrán. Su infancia estuvo marcada por la pérdida de su madre cuando él tenía apenas nueve años. A partir de entonces la familia queda a cargo de la señorita Petra Beltrán, quien se encarga de proporcionarles un hogar cálido y amoroso que mantuviera la armonía de la familia.
Los primeros cinco años de educación primaria los vivió en la Escuela “Juan Gutiérrez de la Cueva” de la entonces Villa Aldama, Chihuahua. Al cumplir los 12 años el muchacho sufrió un cambio importante en su vida ya que debe trasladarse a la ciudad de Chihuahua a concluir el sexto grado en la Primaria Oficial Número 142 “Miguel Hidalgo”.
Combinando sus estudios con el trabajo de ayudante en la tienda de su padrino Cosme Orozco, de quien adopta el nombre. El muchacho logra ingresar al ciclo secundario en el Instituto Científico y Literario en 1932 y posteriormente cursa la carrera de maestro en la Escuela Normal del Estado de 1935 a 1939, cuyas instalaciones se ubicaban en donde actualmente se encuentra el Paraninfo Universitario. Ya con su titulo en mano, el profesor recibe una plaza como maestro de quinto y sexto grado en una escuela semiurbana. Al cabo de tres años de trabajo es ascendido a director. De allí pasa al poblado de Flores Magón en 1942, en donde conoce a dos maestros que después se convertirían en grandes amigos: Jesús J. Barrón y Manuel López Dávila.
En 1944 recibe su cambio a la Escuela Normal de Salaices, Chihuahua, en la cual trabaja durante seis años continuos como maestro y dos años más como director. Tres años más tarde contrae matrimonio con Elvira Martínez Hermosillo con quien forma una familia y procrea cuatro hijos.
Entre los principales logros del maestro se encuentra el haber desempeñado el puesto de Inspector Escolar y catedrático de la Escuela Normal del Estado. En esta última actividad tuvo experiencias importantes como los viajes a la Sierra Tarahumara, que se organizaron de 1963 a 1969, con el propósito de conocer las costumbres y forma de vida de las etnias del estado.
Apasionado por la lectura y preocupado por la instrucción personal, era considerado por sus compañeros y conocidos como un intelectual, que al lado del desempeño con alto sentido de profesionalismo, lo llevaron a ser considerado el candidato idóneo para que en su natal ciudad Aldama una escuela llevara su nombre, cosa que no consideró propia ni correcta para alguien que estaba con vida. Descanse en paz.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario